¿DE QUIÉN ES EL TRACTOR QUE ACABAS DE COMPRAR?
Digital
Rights Management (DRM)
Hace ya años, la empresa Rolls&Royce se
reservaba el derecho de “requisar” tu coche si ellos consideraban que no le
dabas el trato y el mantenimiento adecuado. Desconocemos si esta cláusula del
contrato de compra sigue vigente; en cualquier caso, la intención de la marca
con esa cláusula era evitar que uno de sus coches pudiese vagar sucio o mal
atendido por las carreteras del mundo.
El ejemplo puede ayudarnos a entender lo que
se conoce como DRM (Digital Rights
Management) y que se podría traducir por Gestión de Derechos
Digitales.
Hasta ahora los derechos de autor se
entendían en el entorno editorial y audiovisual: libros, juegos de
videoconsola, música, películas… pero desde hace años se baraja el concepto
también en vehículos con software.
En nuestras calles y carreteras hay varios
ejemplos de ello. El primero que consideramos es el que nos ha ofrecido Renault
con la comercialización, sin mucho éxito por cierto, de su modelo Twizy.
Al adquirir un Twizy se expresa que la compra del coche no es una compra del
“vehículo completo”. Una cláusula asevera que la batería no es del comprador,
sino que este debe pagar un alquiler por el uso de la misma (la cláusula dice
que el fabricante se reserva el derecho de evitar la recarga de la batería al
final del periodo de alquiler)
Otros ejemplos similares en este tipo de
política de ventas son el del también Renault ZOE, el Nissan LEAF o el Smart ForTwo
Electric Drive
Además de lo que se paga por el coche, se
debe tener en mente que hay que pagar una cuota mensual por el alquiler de la
batería: o pagas esa mensualidad o se bloquea la capacidad de recargar la
batería.
En resumen, este tipo de políticas es lo
que se conoce como DRM y que viene a ser un derecho que se reserva el
fabricante para parte del vehículo. Puede parecer extraño, pero no lo es. En
realidad, estamos muy acostumbrados a este tipo de contratos, por ejemplo, los
de suministro telefónico, gas o electricidad: “si no pagas te desenchufo”
Solo el uso: El DRM gestiona “los derechos de propiedad” sobre un componente que el fabricante no te ha vendido, solo te ha vendido el uso del mismo.
¿Y QUÉ PASA CON MI TRACTOR DE 120.000 €?
Seguro que te lo vendieron como la repera:
“mira Manolo, con esta centralita siempre tendremos, información
actualizada; conoceremos tu forma de conducir, te podremos aconsejar en como
hacerlo mejor, en qué punto óptimo del motor te interesa trabajar en esta u
otra labor; Y para ti, todo ventajas. Desde tu teléfono inteligente podrás gestionar
el cuaderno de campo…y además, lo mejor de todo, ¡no te lo podrán robar porque
entonces lo desconectaremos!”
Está claro que el anterior es un prisma
que otorga una visión determinada. Pero si se ve desde otro ángulo, observas
que en realidad el fabricante podrá “hackear” tu tractor y meterse en sus
tripas cuando y como quiera.
Yo pago las letras, luego yo soy el propietario
Veamos esta anécdota de
un amigo nuestro. Resulta que este amigo se compra un tractor de última,
ultimísima, generación. Un día trabajando en una parcela a más de 20 km del
casco urbano, se quedó sin urea en el equipo de postratamiento SCR.
Inmediatamente el tractor se pone en “modo Eco”, baja las revoluciones y la
potencia para permitir que puedas llegar al punto de suministro de urea, pero
no es posible trabajar.
El problema es que
quedaba menos de media hora para acabar la parcela… Comiéndose su rabia se tuvo
que marchar al pueblo y volver a la parcela, ¡20 km de distancia!, al día
siguiente.
Mientras rumiaba su
cabreo esgrimiendo “¡yo puedo decidir si trabajar con el tractor sin urea por
una hora!”
La anécdota podría haber
acabado aquí, pero no fue así. Resulta que nuestro amigo tenía un conocido que
era un cerebrito super tecnológico que trabajaba con programas informáticos. Le
contó lo que había pasado y el conocido le dice que él le hackea la
centralita y en paz. Así que en ello quedaron.
A los pocos días aparece el
programador con su ordenador; abreviando diremos que tras dos días de
infructuoso trabajo y jurar en arameo, no consiguió modificar la TECU (Tractor´s
Engine Control Unit) del tractor.
Nuestro amigo aún más mosqueado se fue al servicio técnico, les dijo que su tractor era suyo y que quería poder hacer lo que quisiera en él… El servicio oficial le dejó bien claro que eso era vado permanente, “cualquiera” no podía alterar los parámetros del tractor. Por supuesto que nuestro amigo esgrimió que él no era “cualquiera”, era el dueño… pero le volvieron a decir que “verdes las han segado”
DERECHO
A REPARAR
¡Liberad
los tractores!, ¡Queremos poder reparar las máquinas cuando se estropean!
Los
fabricantes punteros intentan que su software dificulte reparar el tractor
salvo que se haga en taller oficial. Esto siempre ha sido así, pero con la
introducción masiva de electrónica programable en las máquinas, la cosa se ha
“salido de cauce”.
La
polémica está servida, porque este tipo de política limita al máximo el derecho
a reparar de los compradores; además se impide la libre competencia que siempre
es conveniente para abaratar el precio de las reparaciones.
Lo
que dicen los fabricantes: Ellos argumentan que sus sistemas
informáticos son secreto profesional, que no puede abrirse a todo el mundo
porque se podrían producir problemas importantes en su máquina (tractor,
cosechadora...)Ejecutando el juego Doom en la consola de un tractor
Hay
que entender el enorme coste de desarrollo de software en máquinas como los
actuales tractores autónomos, drones para sembrado, robots de recolección,
maquinaria con múltiples sensores, cámaras, radares, LiDAR, receptores GPS,
sistemas de monitorización remota, inteligencia artificial (IA)
Efectivamente
es normal que el fabricante quiera proteger su inversión.
¿Propiedad o el copyright?: Esta es la clave, ¿dónde está la frontera de la propiedad, de la patente? Los derechos de autor son sagrados; pero la propiedad también. Son una especie de universos paralelos; no se puede decir quien está por encima de cual.
EL
SOFTWARE COMO FUENTE DE FACTURACIÓN
El
desarrollo de un robot recolector, capaz de distinguir obstáculos, diferenciar
entre malas hierbas y cultivo, capaz de recolectar un fruto maduro y dejar los
otros, con procesos de aprendizaje automático… son procesos muy costosos, pero
que en realidad al desarrollo de la parte mecánica hay que sumar un alto
porcentaje en programación de sus componentes electrónicos. En la industria del
tractor pasa igual: el tractor cada vez importa menos; el futuro pasa por el
software. Los fabricantes lo saben.
John
C. May, director ejecutivo de John Deere, lo expresa sin tapujos cuando habla
de la esperanza de que su compañía genere alrededor del 10 % de sus ingresos
vía el uso del software.
No
es comparable el margen de beneficio de la venta de una máquina, a la de un
software. Las escuelas de negocios enseñan que la venta de “suscripciones de
software” es, por margen comercial, un buen negocio.
Fabricantes
como AGCO, John Deere o CNH pueden, por dar alguna cifra, conectar a 1 o 2
millones de máquinas a su Centro de Operaciones basado en la nube y controlar
100 o 200 millones de hectáreas… Eso es poder.
Desde
hace una década este tipo de empresas han empezado a comprar compañías de
software, algunas consagradas otras startup, para desarrollo de su
propio software (algún ejemplo puede ser la adquisición de Bear Flag Robotics
por John Deere o la china Hemisphere GNSS por New Holland) Dentro de sus departamento
de I+D se están creando grandes secciones relacionados con la programación
informática.
Pero es que al final todo se puede “hackear”
En
ese complicado mundo del “hacking”, habrá cosas más complicadas que otras, pero
en el caso de John Deere que ha sido el fabricante más controvertido por la
protección de su software, se han “hackeado” sus centralitas y además se ha
hecho de forma pública y notoria.
Diferentes
expertos en software han conseguido hackear las centralitas de los tractores
para demostrar que, a la postre, se puede, que todas son vulnerables.
El caso de John Deere ha sido muy comentado porque en el actual conflicto bélico Rusia-Ucrania, se aireó mucho la noticia de que se habían robado tractores John Deere nuevos y se habían transportado a Rusia. El fabricante de forma inmediata aseguró que sus tractores se desconectarían y quedarían inservibles. Algunas risas todavía se escuchan tras aquella aseveración, puesto que a los pocos días los tractores estaban trabajando en campos lejanos (¿hackeo, recableado y anulación de centralitas…?)
Y ES QUE SE
HAN CEBADO CON JOHN DEERE
Y es que el fabricante
norteamericano es un indiscutible líder, y en esta ocasión ejercer tal
liderazgo le ha traído quebraderos de cabeza.
Quizá la famosa carta enviada
por los responsables de ventas en EEUU a sus concesiones fue el detonante de lo
que a la postre han sido cientos de denuncias de usuarios ante la Comisión
Federal de Comercio norteamericana (FTC) Aquellas denuncias ya han llegado a los
tribunales y las sentencias han sentado jurisprudencia.
Navegando por la Red: En cuanto se navega por la red se encuentran decenas de ejemplos de quejas, denuncias, opiniones, de agricultores y técnicos hablando del tema (consultar en las fuentes bibliográficas)
Tras casi 8 años de conflictos, parece que se firma la paz. Deere&Co y la American Farm Bureau Federation (AFBF, traducido por Federación Estadounidense de Oficinas Agrícolas) han firmado un acuerdo que intenta garantizar el derecho de un cliente a reparar sus propios tractores.
Quizá
este acuerdo se ha acelerado cuando la propia Casa Blanca norteamericana
organizó una Comisión Federal para desarrollar las reglas, el acuerdo marco,
Enel cual el cliente disponga del derecho a reparar.
Pero
ojo porque como decimos en España, hecha la ley, hecha la trampa. Con
este acuerdo en realidad lo que se recoge es que bien los propietarios o bien
técnicos independientes, tendrán acceso a software de diagnosis, manuales,
herramientas y componentes necesarios para intervenir en la máquina, pero eso
no significa que puedan poner en peligro las medidas de seguridad y los
protocolos de los equipos; es decir que el software seguirá protegido.
En cuanto a la “lenta” Europa, pues también se mueve, más bien llevada por la inercia de los norteamericanos. El Parlamento Europeo aprobó en noviembre de 2020 una ley para permitir el “derecho a reparar” y luchar contra la obsolescencia programada.
MI OPINIÓN
Entendemos el punto de vista del
fabricante “Manolo, el tractor es tuyo porque tú pagas las letras; pero eso
no significa que nuestro software, el que controla tu tractor, sea también
tuyo” Lo entendemos porque el software se ha desarrollado para una gama
completa y el cliente solo ha comprado un tractor.
Por otra parte, también entendemos la
frustración de un cliente que ya ni tan siquiera es capaz de cambiar el aceite
de su tractor porque la “centralita” no se entera de que lo ha hecho.
Los hechos son los hechos; hay que
plantearse las razones por las que cada día se
valoran más los antiguos, y aún no viejos, tractores. Seguro que una razón es
que el agricultor, al igual que el automovilista o camionero, quiere tener la
facultad de poder cambiar su aceite.
El fabricante tiene derecho a su software, pero no tiene derecho a imponer un coto de caza, a encerrar a su cliente en su ecosistema. El fabricante no puede usar la propiedad intelectual como una forma de amarrar, de impedir o frenar al cliente.
Y también las diferentes Administraciones, que por
fin, parece, que contemplan el alargamiento de la vida útil de las máquinas;
evitar que máquinas que disponen de su parte mecánica casi nueva queden
inutilizadas, y en el vertedero, por unas pocas líneas de software. Se debe
poner límite al consumismo continuado y además venderlo con la “bandera del
ecologismo”: el último producto siempre es más ecológico… cuando la realidad es
que no hay nada más ecológico que poder usar una misma máquina 30 años.
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Fuentes consultadas
- John Deere porsupuesto es el propietario
- ¿Por qué losagricultores hackean....?
- Hackear tractores confirmwares...
- No podemos dejar aJohn Deere destruir la idea de la propiedad (We can´t let John Deere destroy the very idea of ownership)
- Los agricultores piratean el software de John Deere y evitar las restricciones del fabricante (Farmers are pirating John Deere tractor software to stick it to the man)
- John Deere no quiereque seas el dueño de tu tractor (John Deere really doesn´t want you to own that tractor)
- Magnífico vídeo de JFCalero sobre la maquinaria agrícola robada en la guerra Rusia-Chechenia
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