miércoles, 11 de enero de 2023

LA CREATIVIDAD NACE DE LA NECESIDAD

Bomba de pistones movida desde el cigüeñal
LA INVENTIVA NACE DE LA NECESIDAD COMO EL DÍA NACE DE LA NOCHE OSCURA

Cuando soplan los vientos del infortunio, cuando las adversidades se ceban en nuestras plácidas vidas, es cuando se generan oportunidades. De las crisis nace la inventiva; la ausencia de recursos económicos obliga a “tirar de imaginación”.

En este artículo repaso algunos inventos que, por su inventiva o su aporte, me han parecido dignos de ser enumerados. Ni remotamente están todos los que son, pero si, a mi juicio, son todos los que están.

Einstein: “la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y los países, porque la crisis trae progresos”; “Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia”; “Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía”

ALGUNOS “INVENTOS”

Conversión de tractor ST a DT

Un invento un tanto añejo, pero la complejidad de la “inventiva” se las trae. Se trata de un kit de conversión de simple a doble tracción.

No fueron pocos los que en los primeros años de la “tractorización” adquirieron un tractor simple tracción. Con el paso de algunos años llegaron los tractores doble tracción (eje delantero motriz) y solo había 3 opciones: o seguir con nuestro tractor ST, o cambiar de tractor o… ¡dotar al tractor ST de un eje motriz!

El kit lo vendían con las piezas y claras instrucciones de montaje. Eran otros tiempos, los servicios técnicos de los fabricantes no estaban tan extendidos y la confianza que había con talleres independientes era mucho mayor.

Convierte tu tractor ST en DT

Bomba hidráulica de pistones

Gran envergadura mecánica es la que tiene el siguiente “invento”, solo apto para los entendidos en hidráulica.

Se trata del montaje de una bomba de pistones para crear un circuito hidráulico independiente al del propio tractor. A un tractor antiguo, al cual le quedan aún muchas horas de “ronroneo”, con circuito hidráulico de tipo centro abierto, se le ha sumado una bomba de pistones, centro cerrado y load sensing.

La bomba, una Danfoss K2L, de 45 cm3, de caudal a la demanda, se acciona mediante una doble junta cardan que recibe el movimiento directamente desde la polea del cigüeñal.

La bomba es capaz de funcionar en continuo a 2900 rev/min (revoluciones que jamás alcanzará el Perkins que la mueve) y proporciona, a 2000 rev/min, 90 L/min con una presión de 200 bar (se ha tarado a 200 bar para evitar posibles roturas, aunque puede subir a 260 bar)

Válvula de freno con válvula de compensación y depósito de aceite con radiador

Depósito aceite y radiador
En el mismo tractor también se ha montado una válvula de freno para el remolque. A la par se ha equipado con una válvula de compensación para que, independientemente, de que se pise el pedal derecho o izquierdo, la válvula funcione correctamente.

También se ha montado un distribuidor Nordhydraulic (Hydac) específico para palas de tractores, de centro cerrado que se alimenta de la bomba de pistones load sensing. Para terminar de “rizar el rizo” se ha colocado un depósito de aceite con su propio radiador (Asa hydraulik) con velocidad variable en función de la temperatura.

En fin, una “virguería” que convierte a un antiguo tractor en uno con una capacidad hidráulica envidiable: hasta 3 bombas de engranajes, centro abierto, para elevador, servicios internos y dirección y 1 bomba de pistones, centro cerrado load sensing, para la pala.

Remolque autocargador de forraje

Si, ya sé que lo normal es comprar el remolque autocargador, pero si la necesidad aprieta, si no se te da mal la mecánica, si el dinero escasea… Es el caso de un ganadero británico que ensilaba con subcontratas; un día pensó que quizá pudiese ahorrarse el dinero que pagaba a la empresa de servicios y “fabricarse” su propio remolque autocargador.

Varias noches en vela, discurriendo, pruebas en su pequeño taller. Al final se decidió por añadir una picadora-segadora a su remolque basculante de 30 m3 (unas 10 toneladas cargado con su forraje). La experiencia fue todo un éxito porque el corte de la segadora era más preciso que el empleado por las cosechadoras de las empresas de servicios.

Aporcadora para rellenar zanjas

En este caso un compañero quiso abrir zanja para enterrar la tubería de riego. Llamó a una empresa de movimiento de tierras y le hizo la zanja. El problema vino a la hora de cerrar la zanja abierta y ya con tubería principal de riego instalada.

Las “pelas” siempre son problemas, y tras el “tira y afloja” no hubo entendimiento. El compañero se planteó resolver el aporcado de la zanja por sus propios medios.

Con “hierros de desguace” y su equipo de soldadura, consiguió fabricarse dos hojas, cada una de 3 m, colocadas en un bastidor que se engancha en el elevador frontal del tractor. Las hojas se conforman en forma de V y se les ha dotado de sendos “patines” para conseguir que vayan dibujando el terreno sin que se claven. El resultado es totalmente satisfactorio.

Bomba hidráulica de engranajes

En multitud de ocasiones nuestro viejo tractor necesita, por modificación o compra de los aperos, mayor caudal hidráulico. Una solución muy socorrida es optar por una bomba de engranajes que se mueve mediante una polea accionada, por ejemplo, por la correa de la bomba del agua. A esta bomba se le suele poner un distribuidor que sirve para alimentar una barredora de sarmientos o una despuntadora.

Peldaño hidráulico

En este caso, un compañero con problemas de movilidad no quiso que su deficiencia física le impidiese acceder a su querida máquina. Se le ocurrió dotarle de un peldaño hidráulico y además que fuese pivotante. También, ya puestos, ha colocado un nuevo escalón, más estrecho, junto al guardabarros, y eso permite que cualquier otro conductor pueda acceder sin problemas sin tener que usar su dispositivo de elevación.

Radiadores de aceite

Son muy habituales la colocación de radiadores para enfriar aceite de transmisión e hidráulico. Las demandas cada vez mayores de aceite para servicios externos que exigen diversas máquinas (barredoras, despuntadoras, prepodadoras, trituradoras...) hace que el aceite del tractor esté sometido a más exigencias que las originalmente planeadas por la ingeniería de diseño del constructor. En estos casos puede ser muy conveniente colocar

radiadores para bajar la temperatura.

Algunos arreglos “menores”

Destaco aquí algún ejemplo mucho menos llamativo, pero que por su facilidad (lo he hecho yo que soy un zote total en estas lides) y bajo coste pues puedes “customizar” la cabina de tu tractor.

Vinilo líquido: El vinilo líquido está de moda. Sin necesidad de ser un “manitas” de la pintura puedes conseguir acabados bastante dignos, y lo mejor de todo, es una pintura que se puede eliminar sin dañar la pintura original.

El vinilo líquido es lo que su propio nombre indica, vinilo en estado líquido. Se puede aplicar con pistola aerográfica (las de pintura) o bien si solo se trata de aplicarlo en una zona pequeña, entonces se puede comprar en espray, tipo aerosol.

Se trata de “pintura” monocomponente, muy socorrido para pintar llantas, capós, interior de cabina… Además, no es muy caro, en la opción espray, la más cara, un bote de 400 ml está en 12-13 €

La gran ventaja es que, si se ha hecho mal, o nos cansamos del color elegido, se puede retirar puesto que al secarse se convierte en goma, como si fuese una pegatina.

Su desventaja es que no soporta bien el roce ya que es propenso al rayado. Al tacto presenta una textura más gomosa que la pintura tradicional.

Se aplica como si de una pintura se tratase. Se prepara la superficie a pintar, debe estar limpia, se enmascaran las partes cercanas a la zona de aplicación para evitar que se manchen y ya se puede empezar.

Lo ideal es aplicar varias capas. Entre capa y capa hay que esperar como 10 a 15 minutos.

El acabado es mate, pero hay productos que se aplican posteriormente para sacar el brillo. Si la aplicación de vinilo líquido se compagina con vinilo convencional, con adhesivo, se pueden obtener resultados realmente buenos.

Aislamientos: Como último punto trato el tema de los aislamientos acústicos y térmicos.

Se trata de una idea muy sencilla pero que resultará muy efectiva a la hora de reducir los decibelios en cabina. Insonorizar la cabina se puede conseguir de forma muy barata y con medios muy “caseros” (cúter, adhesivo y poco más) Los resultados espectaculares.

Con insonorizar el suelo de la cabina, levantando la alfombrilla, los pasos de rueda e incluso quitar el falso techo e insonorizarlo interiormente los resultados son fantásticos, tus oídos lo agradecerán.

Tres son los materiales aislantes a los que más recurrimos a la hora de conseguir un buen aislante acústico: la lana de roca, el neopreno y las espumas de poliuretano.

Lana de roca: Se trata de una estructura fibrosa que la dota de una enorme capacidad para disipar y absorber el sonido. Además, es un material no combustible así que se puede poner para aislar el capó en zonas cercanas al escape y silencioso ya que conserva sus propiedades intactas incluso a temperaturas de 1000 ºC

La gran desventaja de la lana de roca es que absorbe bastante agua, no se debe poner en un sitio donde pueda absorber humedad pues tardará mucho en secarse.

Neopreno: Es habitual encontrarlo con grosores variados, siendo los más comunes de 5 a 30 mm. Se suministra en rollos de diferentes anchuras y longitud. Es fácilmente manipulable, con un cúter, con lo que se puede conseguir las formas deseadas. Lo habitual es que vengan con adhesivo en una cara, pero también se pueden emplear otro tipo de adhesivos para su mejor fijación.

Recubrimientos insonorizantes
Izquierda lana de roca 40 mm
Derecha neopreno 10 mm
Poliuretano anecoico: Si lo colocamos en el vano motor, adhesivado al capó, por la cara interior comprobaremos que los resultados son sobresalientes. La espuma de poliuretano ya de por si tiene buenas cualidades como amortiguador de sonido, pero si se conforma con el típico diseño corrugado entonces la mejoría es espectacular. Su desventaja es que no tiene gran temperatura de operación, sobre 110 ºC

By: Catalán Mogorrón, H.




1 comentario: