Atomizador Fede arrastrado personalizado para viñedo |
Con las exigencias de la agricultura ecológica, y en cualquier caso, con las prácticas en una agricultura sostenible, la utilización adecuada de la máquina más apropiada se convierte en algo esencial.
Quizá
simplificando demasiado, se puede ver el atomizador como un pulverizador
hidráulico al cual se le ha asociado un ventilador para producir una corriente
de aire de tal forma que la gota sea transportada por la acción combinada de la
proyección mediante la fuerza hidráulica que porta a la salida de la boquilla y
con la corriente de aire generada por el ventilador.
Las cualidades del atomizador han hecho que sea la máquina más extendida en la protección fitosanitaria de plantaciones frutales. Los diferentes diseños, así como los diferentes tipos y portes de cultivos, ocasiona que la elección del equipo ideal no resulte sencilla. Se necesita analizar el equipo que mejor se adapta a las propias necesidades; unas necesidades que se desgranan en una utilización principal y, posiblemente, a otras secundarias o esporádicas si las hubiese: Las particularidades en el diseño de los atomizadores originan una gran variedad que incluso aumenta con la “personalización” mediante la colocación de colectores, deflectores y cañones para adaptarse a las necesidades del cliente.
¿Y en ventas cómo anda la cosa?: De la gran familia de los
pulverizadores (hidráulicos, neumáticos o atomizadores e hidroneumáticos o
nebulizadores) las ventas las encabezan los atomizadores y pulverizadores
hidráulicos, quedando los nebulizadores con ventas testimoniales.
PROBLEMÁTICA
Desde
mi prisma “a pie de campo” me atrevo a opinar asegurando que el mayor problema en
el mal uso de equipos o ineficacia de los tratamientos, puede residir en la falta
de formación de algunos usuarios.
Me
resulta irritante, al menos descorazonador, observar en los momentos de
tratamiento de cultivos como viñedos, olivares, almendros…, “nubes de caldo” que
no son capaces de llegar a su destino. Grosso modo, las derivas (gotas que no
llegan a su objetivo) pueden ser de al menos el 50 % y esto indica que algo se está
haciendo mal.
Al
mirar con detenimiento, observando el equipo usado, y en la mayor parte de las
ocasiones, concluyes que el agricultor no controla el proceso. Pero el problema
es incluso mayor, pues todo eso es suponiendo que las etapas anteriores (dosis
de caldo, producto elegido, mezclas de fitosanitarios) sean correctas.
Y es que no todo es la máquina
El éxito o fracaso conseguido en la aplicación
del “caldo” depende de una concatenación de parámetros: calidad de la materia
activa, ejecución de la aplicación, momento de aplicación, estado de desarrollo
del “problema”. Se deben tener los conocimientos suficientes para reconocer la
influencia del tamaño y la homogeneidad de la población de las gotas en la
eficiencia del producto, para ello se debe saber elegir la boquilla idónea para
el tratamiento a realizar, así como la regulación de los parámetros, caudal y
presión, óptimos.
Previo al tratamiento: Se debe realizar una buena elección de
sustancias activas; si se van a mezclar productos se deberá asegurar de la
compatibilidad de los mismos.
Equipo General |
Del producto a aplicar: No son los atomizadores los equipos indicados para la
aplicación de herbicidas, pero si se pueden utilizar en la aplicación de abonos
líquidos foliares, en este caso no se requiere una distribución tan exigente como
lo es en la aplicación de insecticidas o fungicidas; y es que son estos
últimos, los fungicidas, los productos “más exigentes”
pues se requiere que se trate la mayor superficie posible de hoja, aunque
efectivamente también hay que considerar si se está tratando con producto de
contacto o sistémico.
Del cultivo a tratar: Los atomizadores están indicados cuando el porte del cultivo es leñoso (viñedos, olivares, frutales…) La superficie foliar de un cultivo arbóreo supera en 10-20 veces a la superficie del terreno donde está plantado, así que el volumen de “caldo” a utilizar aumenta con respecto a los cultivos herbáceos “bajos”
Dosis de tratamiento: Los volúmenes de caldo utilizado son muy variables según tratamiento y cultivo. En general se puede afirmar que el atomizador hace mejor uso del “caldo” que un pulverizador hidráulico, pero al ser considerablemente mayor la superficie foliar del cultivo arbóreo o en seto, el volumen de caldo es crítico.
Postratamiento: El agricultor será responsable de mantener su equipo en perfecto estado. La “agresividad” de algunas de las sustancias manejadas obliga a una limpieza a fondo del equipo tras su utilización. Se debe vigilar el estado de las boquillas, mantener los filtros limpios…
¿Y de precios?: Un atomizador arrastrado, 1 eje, con bomba de 130-150 L, presión de trabajo de 15-20 bar, y turbina de 900-950 mm, equipo de sonar, ronda los 7500 € para una capacidad de 1500 L y sube hasta los 12000 € en capacidades cercanas a los 3000 L (impuestos aparte)
DISEÑANDO EL ATOMIZADOR IDEAL
El atomizador es una máquina ideal para el tratamiento de cultivos
arbóreos (3D) o en seto (2D) pero se puede hacer mucho por conseguir el equipo
ideal.
Para empezar es conveniente destacar los problemas que presenta un atomizador:
- Este tipo de equipo, y en determinados momentos fenológicos de la planta (por ejemplo unos días antes y después de la floración) puede llegar a “dañar” por la fuerza del aire generado
- Con el atomizador no se pueden tratar líneas enteras, es decir, por ambas caras, y se confía en que la masa de aire con el caldo pulverizado pueda penetrar. La ayuda de deflectores disminuye en gran medida el inconveniente
- Hay una tasa de energía desaprovechada, no todo la circunferencia del ventilador se aprovecha, quedando útil aproximadamente 2/3 de la circunferencia
- Conocidos los mayores problemas del equipo, es el momento de intentar mejorar su diseño y para eso lo mejor es recurrir a la experiencia de quien lo usa en sus cultivos, así que aquí van algunas conclusiones propias a las que añado otras sacadas de conversaciones con usuarios habituales
Alerón para viñedo |
Chasis-Bastidor: Por lo general,
las marcas punteras, presentan bastidores bien acabados pero también hay otros
que… Se deben fabricar los chasis reforzados con utilización de acero estructural
de alto límite elástico.
En el caso de los equipos arrastrados, es interesante que
la lanza de enganche sea telescópica porque así se puede adaptar a las
distintas geometrías del enganche de los tractores. Se debe contar con rueda de
apoyo regulable en altura. Y es muy de agradecer que se incorpore una bandeja
portaproductos.
Las pinturas deben
ser epoxi de alta resistencia o poliuretano. La tornillería, en gran medida,
deberán ir en acero inoxidable.
¿Epoxi o poliuretano?: La pintura epóxi proviene de
resina epóxica y su recubrimiento de dos componentes, proporciona una alta resistencia
química a sustancias corrosivas. Una imprimación de epoxi-zinc y un acabado de
esmalte epoxi es ideal. La pintura de poliuretano es algo más limitada pero
también se puede conseguir un estupendo y resistente acabado si se van a
espesores de al menos 1 mm
Depósitos: En los depósitos
se ha generalizado el uso del polietileno de alta densidad (PEHD) y creo que es
una buena opción, amén de cumplir normativa CE. Los depósitos, a partir de los
1000 L deben incorporar rompeolas, pero que tienen que estar dispuestos de tal
forma que no limite la acción de la recirculación o la generación de zonas
muertas. Se debe asegurar que se produce un vaciado total del depósito a la par
que permita una fácil limpieza.
Se debe contar con
al menos 1 nivel transparente, pero mejor si se incorporan 2 niveles (1 frontal
y 1 lateral)
Se da por
descontado que todo equipo incorpore depósitos auxiliares tanto para lavar el
circuito como lavamanos.
Grupo de aire: Encargado de generar el caudal de aire, es, con diferencia, el mayor generador de ruido del equipo, a la par es el principal demandante de la potencia del tractor. Optimizar el ventilador y el flujo de aire nos deparará un menor consumo de potencia, a la par que se posibilita aumentar la velocidad y el volumen de aire generado.
Los
ventiladores de los atomizadores son de tipo centrífugo con flujo axial; se
elegirán materiales para las aspas, así como su diseño, que optimicen el
consumo. Cuando las aspas son metálicas se elegirá el duraluminio y si se
fabrican en termoplástico, la mejor combinación suele venir con mezclas de PVC
y nylon.
¡Vaya cifras!: La velocidad de la corriente de aire que
sale del ventilador ronda los 200-250 km/h. En cuanto a la proporción, volumen
de aire y volumen de líquido expulsado, es muy desigual: el volumen de aire que
genera el ventilador es del orden de 10000 veces mayor que el volumen de
líquido expulsado por las boquillas
Los equipos deben
disponer de un multiplicador de al menos 2 velocidades y un embrague,
normalmente de tipo centrífugo con zapatas de ferodo, que proporcione un
arranque progresivo.
El grupo debe
disponer de la correspondiente rejilla de protección dentro de la normativa.
Filtros y
mangueras: Al menos se deben garantizar 3 niveles de filtrado: 1
filtro en la boca de llenado, 1 filtro en la aspiración de la bomba y 1 filtro
central en línea de presión. Además se debe incorporar un filtro en la línea de
aspiración con válvula de seguridad o anti retorno.
Bombas, distribuidores
y equipo de medición: Se han producido muy buenos avances en las boquillas
de pulverización, tanto en materiales (latón, cerámico, composite reforzado)
como en diseños. Es importante seleccionar bien la boquilla para reducir
derivas, además de conseguir la mejor penetración y tamaño de gota y con
sistema antigoteo. Los portaboquillas se dispondrán en arcos realizados en
acero inoxidable 304 o 316.
Las bombas,
membrana o pistón, serán capaces de mantener una presión constante y tendrán la
capacidad que se exige al equipo y que en atomizadores que se precien debe
estar en caudales por encima de los 120 L/min y hasta 60 atmósferas de presión
(20 bar en tratamiento)
Produciendo la gota: La pulverización se debe al efecto
Venturi que se produce por acción conjunta de la presión y la velocidad de un
fluido en su paso por un conducto de diferente sección: Si en un conducto a un
fluido se le aumenta la velocidad a su paso por una sección pequeña, entonces
baja su presión. Se trata de un efecto con notables aplicaciones en hidráulica
general en la agricultura como la inyección de abonos en instalaciones de riego.
Los manómetros deben llevar una escala adaptada al uso. Es también conveniente
contar con un caudalímetro.
Camposur |
Si admitimos que el equipo debe adaptarse a la masa vegetal, regulando la
corriente de aire y la dosis de caldo, es cuestión de introducir electrónica en
el control y entonces se debe admitir que estamos en un nivel máximo de
especificación. En este caso, se podría incluso regular en función del estado
fenológico del cultivo y del “caldo” a usar o la posibilidad de modificar las
dosis de aplicación sin cambiar la boquilla.
Un paso más podría
ser contar con electrónica para la gestión del paso del líquido a la boquilla
mediante pulsos eléctricos.
Tratamientos
de precisión, sonar: Una regulación efectiva
significará reducir el consumo de combustible y reducir el consumo de caldo.
Con la ayuda de la electrónica se diseñan equipos capaces de hacer
“fruticultura de precisión”, es decir dar al cultivo lo que necesita en cada
área, y es que en casi nada se parece tratar una hectárea de viñedo de una
variedad en una zona como de otra hectárea de otra variedad en otra geografía.
Las variaciones son tan dispares que el volumen de hoja, el volumen de copa,
puede variar más de 10 veces.
Se puede optar por
un kit de ultrasonidos, sonar para medir presencia de masa y distancia a la
masa vegetal.
Efecto electrostático: Aunque este efecto es mucho más corriente en equipos
nebulizadores que en los atomizadores debido, entre otras cosas, al tamaño de
gota mucho menor en los primeros. El efecto no es habitual en atomizadores,
pero es posible. La razón es provocar atracción eléctrica de las gotas por la
vegetación. Este fenómeno se hace para reducir la deriva. Con carga eléctrica
se puede bajar aún más el volumen de caldo además de una distribución más
uniforme y mejor adherencia.
Suspensión, frenos y neumáticos: Los equipos
arrastrados van desde los 1000 hasta los 4000 L y que los pesos, en vacío van
desde los 1000 hasta los 2500 kg más “la masa de agua”, así que ojo con el
sistema de suspensión, frenos y neumáticos, el fabricante no debe escatimar en
ello, hay mucho en juego.
Para la suspensión
es suficiente equipar el equipo con un sistema de ballestas. En cuanto al freno
se debe poder acoplar a la línea de frenado hidráulico del tractor.
Las ruedas recomendables deben estar próximas a 340/55R16 o 400/60R15,5. Es deseable que se incorporen guardabarros y calzos de estacionamiento.
Luces: Placa de luces homologada con espacio para dos matriculas a la par que
sea desmontable de fácil colocación.
Ergonomía y
Mantenimiento: Es habitual los trabajos de
tratamiento durante la noche, por eso se debe incidir en la mejora de la iluminación
de las cajas de control de cabina
Es primordial que el equipo tenga una fácil limpieza (interior y
exterior), así como sencillez en la sustitución de filtros, revisión de
lubricación de bombas, cambio de boquillas. Y, por favor, el manual de
instrucciones debe ser simple a la par que útil. No se puede admitir equipos
con manuales traducidos por una “máquina”.
No lo olvides: Una vez elegido el equipo, el agricultor-comprador se cerciorará que el equipo cumple con la normativa legal vigente y dispone de marcado CE (directiva 98/37/CE) también en cuestiones de protección medioambiental (EN 1276/13) y seguridad en el trabajo (EN 907)
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