La Katana de Fendt |
No soy ningún experto en estas máquinas. Pero hace unos meses que me encargaron que preguntase a los expertos sobre estas máquinas para así poder dar mi visión. Aquí está el resultado. Espero que le sirva a algún lector.
MERCADO FORRAJERO
MERCADO FORRAJERO
Continuo cambio: La mecanización del forraje ha evolucionado mucho en pocos años, pasando de máquinas poco sofisticadas a máquinas de alta tecnología.
Los avatares
del mercado mundial; disposiciones en la PAC; "modas" como lo fue la proteína de origen animal; o bien "los gustos de los animales" que hoy prefieren el maíz ensilado para mañana preferir la alfalfa deshidratada o la soja henificada; mercado de biomasa energética y los cambios en el uso de biocombustibles, traen de forma continua cambios en este mercado.
Pero el ganado sigue siendo el principal mercado
del forraje, aunque si bien, antes eran los propios ganaderos los que se preocupaban
de conseguir el material alimenticio para sus explotaciones, en la actualidad,
con técnicas de ensilado, henificado o incluso deshidratado, se tiende a una
mayor profesionalización apareciendo empresas de servicios que demandan
maquinaria de mayor tecnología.
HENIFICADO, ENSILADO Y
DESHIDRATADO
En climas secos el proceso más habitual para el aprovechamiento de la hierba suele ser la henificación, mientras que en climas húmedos se opta más por el ensilado.
Henificado: Es
un proceso por el cual el forraje pierde parte de su valor energético y otras
materias digestibles. Una planta segada continua durante un tiempo muy corto realizando
fotosíntesis; en cambio durante el proceso de secado (conversión del forraje en
heno) la planta continúa respirando y por lo tanto consumiendo materia hasta
que la humedad es muy baja. En base a ello lo más interesante será eliminar lo
más rápido posible el exceso de agua, la forma y la rapidez en hacerlo
condiciona la eficiencia en el proceso de henificado: cantidad de heno conseguido
en % de materia seca.
Ensilado: Se trata de conservar la hierba con mayor
contenido de humedad en ausencia de oxígeno atmosférico y así promover
la acción de bacterias lácticas. Es un proceso más recomendado a
plantas forrajeras como el maíz o el sorgo que no se adaptan bien al proceso de
henificado.
La FR Forage Cruiser de New Holland |
Una
vez segado el forraje y cargado en el remolque se lleva al silo. Para impedir
el paso del oxígeno se compacta el forraje a la vez que se busca un ambiente
más o menos hermético aislando la hierba con plástico (microsilos) o volviendo
a compactar el producto picado en silos mayores.
Deshidratado: La
última opción para conservar el forraje es la deshidratación. Se trata de una
técnica interesante pero muy dependiente tanto de plantas deshidratadoras en las
proximidades de la granja como de los costes energéticos del momento. Tanto la
partida de transporte como el coste energético son los que condicionan que el
proceso sea rentable o no.
De cifras: La materia seca en el heno suele ser del 85%
mientras que la materia seca en el forraje verde es del 15 %. Esto significa
que hay que evaporar 5 kg
de agua por cada kg de heno almacenado.
En el ensilado la materia
seca está próxima al 40 %
Picadora
autopropulsada
Son
las máquinas más “grandes y llamativas” que se pueden encontrar en la cadena
forrajera. Su nombre varía según latitudes y gustos: cosechadoras de forraje, ensiladoras
o picadoras de forraje son los habituales.
Se
trata de máquinas que realizan una excelente labor ya sea para cosechar forraje
verde para consumo como para posterior ensilado.
Siega del forraje:
El proceso se inicia con el corte del material vegetal. Las máquinas incorporan varios tipos de cabezales (segador, recogedor de dedos, rotor
de maíz…) para adecuarse al cultivo e incluso a la época de corte.
Cabezal de corte: Se
pueden encontrar cabezales que trabajan sobre cordón segado o encontrar
cabezales para siega de leguminosa o cereal, así como cabezales específicos
para maíz forrajero y sorgo.
Las
soluciones constructivas pasan bien por montar cuchillas en un cilindro de eje
vertical dotado de movimiento de rotación capaces de cortar en procesos de cuchilla y contracuchilla, o segar con mayal o cilindro
horizontal en el cual se montan las cuchillas articuladas. Los
resultados no son los mismos por lo que hacer una buena elección es el
primer signo de profesionalidad. Por ejemplo las segadoras de eje horizontal no
se adaptan bien a tallos fuertes como el del maíz, tampoco realizan un picado
suficientemente fino como se requiere para un buen ensilado por lo que se
suelen usar para suministrar forraje verde.
Cilindro de eje vertical:
También conocido como volante. Son cilindros de poca longitud y gran diámetro
en los cuales el número de cuchillas es variable. En cada rotor se incorporan unas
cuchillas (aunque las hay de diferentes formas las más comunes son circulares y
dentadas) que trabajan a alta velocidad para lograr un corte limpio. Si se
trabaja en cultivos como maíz o sorgo se suele hacer siguiendo el sentido de
las hileras mientras pero en siembras de cereal el sentido suele ser
perpendicular o transversal. Sin embargo esto también ha cambiado con las
grandes picadoras y estas pueden trabajar sin seguir hileras.
Los
cabezales para maíz son muy específicos, con anchuras desde los 4 a los 8 m . Están formados por unos
discos con una cuchilla circular en la parte inferior que arrastra las cañas de
maíz y las corta.
Picado y acondicionado:
Tras
los cabezales hay un tren de alimentación hacia el sistema de picado. Se debe
introducir la planta hacia el interior bien mediante unos cilindros verticales
de alimentación continua, bien caída del forraje segado sobre transportadores
horizontal del tipo sinfín.
Una
buena alimentación requiere que la planta entre en línea recta para evitar que
se atore o se formen “túneles” en el material vegetal que impida la
alimentación continua.
Rodillos de alimentación: Mediante
la regulación de la velocidad de giro e incluso la variación de la velocidad entre
ellos contribuyen a conseguir una laceración y picado del forraje. La velocidad
se regula desde el puesto de conducción con transmisiones mecánicas o
hidráulicas.
Rotor o tambor picador: Es
el principal elemento para el picado. En él se montan unas cuchillas, que con
la ayuda de contracuchillas, cortan el material vegetal en trozos bastante
uniformes. El diseño es variable según marcas fabricantes, y conseguir un
diseño óptimo influye mucho no solo en la calidad del picado si no en la
potencia necesaria de la máquina, es decir de su motor. Por ejemplos tambores
con cuchillas curvas que además de picar hacen un prelanzamiento hacia el
lanzador de palas que se encuentra flujo abajo.
Acondicionado:
Las etapas posteriores también varían en función de la naturaleza de la máquina
o incluso de cómo se implemente la máquina. Se pueden encontrar una o varias
fases de acondicionado.
Los
acondicionadores suelen estar formados por dos o cuatro rodillos con una
especie de dientes o resaltes que rompe el material vegetal para conseguir un
mejor ensilado.
La
velocidad tanto de los cabezales de siega como de los rodillos de alimentación
y el rotor picador se coordinan de forma electrónica. Desde la cabina se puede
elegir la longitud de picado (desde 4 hasta 20 mm ) y así regular el paso
del material.
Para
el caso particular del maíz se suele colocar un machacador de granos cuando el
flujo sale del picador. El machacador rompe el grano de maíz y lo mezcla con el
resto del material picado.
Lanzador de paletas: El material entra y con la ayuda de paletas movidas por motor eléctrico
(se generaliza la transmisión eléctrica para estos componentes) y de chapas deflectoras se envía el material hacia el tubo lanzador que es el que, con
un ventilador, va lanzando el material al remolque que obligatoriamente debe
acompañar, en paralelo, a la picadora en su marcha.
Aditivos: Existe
la posibilidad en máquinas de alta tecnología aplicar algunas sustancias, por
ejemplo inoculantes, al forraje picado y así controlar en cierta medida las
condiciones de conservación del silo.
Monitoreo:
Las
picadoras son máquinas de alta tecnología y así se manifiesta también en el
puesto de conducción y en la información que tiene el operario para actuar
sobre los parámetros variables de la máquina.
Una
red de sensores y cámaras de televisión van informando al conductor de
calidades, posibles alarmas y rendimientos. Un software que va proporcionando
en monitores de alta calidad de visión datos como productividad (toneladas
procesadas, superficie trabajada, tiempo de cosecha y tiempo muerto…),
velocidad, consumo, aviso de cuerpos extraños, calidad de picado, largo de
picado, mapas de cosechas (que se consiguen conociendo tanto el caudal de
forraje como la situación exacta de la máquina en la parcela mediante red GNSS)
e incluso afilado de cuchillas.
Capacidad de trabajo: Una picadora autopropulsada es
capaz de procesar de 150 a
250 toneladas de materia verde a la hora. Por supuesto el abanico tan abierto
es debido a que el trabajo está muy condicionado tanto por las condiciones del
cultivo como del tipo de cultivo.
REPASO DE PICADORAS AUTOPROPULSADAS,
LAS MARCAS
A
nivel general las marcas que dominan el mercado son los modelos de New Holland,
John Deere, Claas y Fendt con potencias superiores a los 500 CV y anchos de
labor entre los 6 y los 9 m
pero sin descartar máquinas en regiones forrajeras donde se llega a los 800 CV
con doble motor.
Mercado en España: En España en 2017 se han vendido
20 máquinas autopropulsadas (la mayoría en Galicia y Cataluña con 10 y 6
respectivamente) Por marcas, Claas ha dominado con 10 unidades vendidas, le sigue
New Holland con 8 unidades y John Deere con 2.
Tambor de 20, 28 y 40 cuchillas |
Motores:
Los motores están en fase Tier 4f
(aunque ojo que como son máquinas generalmente grandes hay algunos modelos, los
más altos de la gama que pueden estar exentos de las emisiones contaminantes al
superar determinada potencia)
Suelen
tener modo Eco con motores funcionando a 1500 rpm y modo de máxima potencia a
1900 rpm. Independientemente de la potencia del motor los rotores y la unidad
de picado funcionan a iguales revoluciones debido a la transmisión.
La
potencia necesaria está relacionada con el ancho de corte, también con el
cultivo a picar (no es lo mismo alfalfa que maíz) y por el tamaño del corte
(longitud del corte). Por ejemplo en picadoras de maíz pasar de 12 a 6 mm el tamaño del corte
supone un incremento de potencia que puede ser un 25-30 % más.
Las marcas:
Claas:
con sus picadoras de la numerosa gama Jaguar que van desde los 882 CV para la
Jaguar 980 (Motor MAN V12) hasta los 408 CV de la Jaguar 840 (Motor Mercedes 6
cilindros) con un buen sistema de apertura lateral para tener acceso a la parte
central del motor.
New Holland:
con la gama FR y 5 modelos, FR480 (476 CV), FR 550 (544 CV), FR650 (653 CV),
FR780 (775 CV), FR850 (824 CV). Todos con motor de “la casa”, FPT Cursor, de 6
cilindros en línea y 12,9 L
(modelos 480 y 550); 6 cilindros y 15,9 L (modelos 650 y 780) y el 8 cilindros en
V (FR850) con transmisión hidrostática a 2 o 4 ruedas.
John Deere:
con su serie 8000 y 6 modelos (8100 al 8600) con motor del propio fabricante y 6
cilindros en línea de 9,0 y 13,5
L para cubrir potencias desde 380 CV hasta 625 CV.
Transmisión hidrostática, cilindro picador de 40, 48, 56 y 65 cuchillas.
Fendt:
la serie Katana con sus modelos 65 (625 CV) y 85 (850 CV) con motores en fase
Tier 4f MTU
de 6 cilindros en línea (Katana 65) y 12 cilindros en V (Katana 85) Doble
tracción, transmisión hidrostática y control antipatinamiento, con motores
individuales en cada rueda. Hasta 1430 L de gasoil, 205 L de Adblue y 215 L de aditivos. Cabezales de
maíz de 8, 10 y 12 hileras con plegado hidráulico. Seis rodillos de
alimentación y 770 mm
de ancho con tambor de picado de 720
mm de diámetro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario