martes, 14 de agosto de 2018

PICADORAS AUTOPROPULSADAS DE FORRAJE


La Katana de Fendt
No soy ningún experto en estas máquinas. Pero hace unos meses que me encargaron que preguntase a los expertos sobre estas máquinas para así poder dar mi visión. Aquí está el resultado. Espero que le sirva a algún lector. 

MERCADO FORRAJERO
Continuo cambio: La mecanización del forraje ha evolucionado mucho en pocos años, pasando de máquinas poco sofisticadas a máquinas de alta tecnología.
Los avatares del mercado mundial; disposiciones en la PAC; "modas" como lo fue la proteína de origen animal; o bien "los gustos de los animales" que hoy prefieren el maíz ensilado para mañana preferir la alfalfa deshidratada o la soja henificada; mercado de biomasa energética y los cambios en el uso de biocombustibles, traen de forma continua cambios en este mercado.
Pero el ganado sigue siendo el principal mercado del forraje, aunque si bien, antes eran los propios ganaderos los que se preocupaban de conseguir el material alimenticio para sus explotaciones, en la actualidad, con técnicas de ensilado, henificado o incluso deshidratado, se tiende a una mayor profesionalización apareciendo empresas de servicios que demandan maquinaria de mayor tecnología.

HENIFICADO, ENSILADO Y DESHIDRATADO
En climas secos el proceso más habitual para el aprovechamiento de la hierba suele ser la henificación, mientras que en climas húmedos se opta más por el ensilado.
Henificado: Es un proceso por el cual el forraje pierde parte de su valor energético y otras materias digestibles. Una planta segada continua durante un tiempo muy corto realizando fotosíntesis; en cambio durante el proceso de secado (conversión del forraje en heno) la planta continúa respirando y por lo tanto consumiendo materia hasta que la humedad es muy baja. En base a ello lo más interesante será eliminar lo más rápido posible el exceso de agua, la forma y la rapidez en hacerlo condiciona la eficiencia en el proceso de henificado: cantidad de heno conseguido en % de materia seca.
Ensilado: Se trata de conservar la hierba con mayor contenido de humedad en ausencia de oxígeno atmosférico y así promover la acción de bacterias lácticas. Es un proceso más recomendado a plantas forrajeras como el maíz o el sorgo que no se adaptan bien al proceso de henificado.
La FR Forage Cruiser de New Holland
Una vez segado el forraje y cargado en el remolque se lleva al silo. Para impedir el paso del oxígeno se compacta el forraje a la vez que se busca un ambiente más o menos hermético aislando la hierba con plástico (microsilos) o volviendo a compactar el producto picado en silos mayores.
Deshidratado: La última opción para conservar el forraje es la deshidratación. Se trata de una técnica interesante pero muy dependiente tanto de plantas deshidratadoras en las proximidades de la granja como de los costes energéticos del momento. Tanto la partida de transporte como el coste energético son los que condicionan que el proceso sea rentable o no.
De cifras: La materia seca en el heno suele ser del 85% mientras que la materia seca en el forraje verde es del 15 %. Esto significa que hay que evaporar 5 kg de agua por cada kg de heno almacenado.
En el ensilado la materia seca está próxima al 40 %

Picadora autopropulsada

Son las máquinas más “grandes y llamativas” que se pueden encontrar en la cadena forrajera. Su nombre varía según latitudes y gustos: cosechadoras de forraje, ensiladoras o picadoras de forraje son los habituales.
Se trata de máquinas que realizan una excelente labor ya sea para cosechar forraje verde para consumo como para posterior ensilado.
Siega del forraje:
El proceso se inicia con el corte del material vegetal. Las máquinas incorporan varios tipos de cabezales (segador, recogedor de dedos, rotor de maíz…) para adecuarse al cultivo e incluso a la época de corte.
Cabezal de corte: Se pueden encontrar cabezales que trabajan sobre cordón segado o encontrar cabezales para siega de leguminosa o cereal, así como cabezales específicos para maíz forrajero y sorgo.
Las soluciones constructivas pasan bien por montar cuchillas en un cilindro de eje vertical dotado de movimiento de rotación capaces de cortar en procesos de cuchilla y contracuchilla, o segar con mayal o cilindro horizontal en el cual se montan las cuchillas articuladas. Los resultados no son los mismos por lo que hacer una buena elección es el primer signo de profesionalidad. Por ejemplo las segadoras de eje horizontal no se adaptan bien a tallos fuertes como el del maíz, tampoco realizan un picado suficientemente fino como se requiere para un buen ensilado por lo que se suelen usar para suministrar forraje verde.
Cilindro de eje vertical: También conocido como volante. Son cilindros de poca longitud y gran diámetro en los cuales el número de cuchillas es variable. En cada rotor se incorporan unas cuchillas (aunque las hay de diferentes formas las más comunes son circulares y dentadas) que trabajan a alta velocidad para lograr un corte limpio. Si se trabaja en cultivos como maíz o sorgo se suele hacer siguiendo el sentido de las hileras mientras pero en siembras de cereal el sentido suele ser perpendicular o transversal. Sin embargo esto también ha cambiado con las grandes picadoras y estas pueden trabajar sin seguir hileras.
Los cabezales para maíz son muy específicos, con anchuras desde los 4 a los 8 m. Están formados por unos discos con una cuchilla circular en la parte inferior que arrastra las cañas de maíz y las corta.
Picado y acondicionado:
Tras los cabezales hay un tren de alimentación hacia el sistema de picado. Se debe introducir la planta hacia el interior bien mediante unos cilindros verticales de alimentación continua, bien caída del forraje segado sobre transportadores horizontal del tipo sinfín.
Una buena alimentación requiere que la planta entre en línea recta para evitar que se atore o se formen “túneles” en el material vegetal que impida la alimentación continua.
Rodillos de alimentación: Mediante la regulación de la velocidad de giro e incluso la variación de la velocidad entre ellos contribuyen a conseguir una laceración y picado del forraje. La velocidad se regula desde el puesto de conducción con transmisiones mecánicas o hidráulicas.
Rotor o tambor picador: Es el principal elemento para el picado. En él se montan unas cuchillas, que con la ayuda de contracuchillas, cortan el material vegetal en trozos bastante uniformes. El diseño es variable según marcas fabricantes, y conseguir un diseño óptimo influye mucho no solo en la calidad del picado si no en la potencia necesaria de la máquina, es decir de su motor. Por ejemplos tambores con cuchillas curvas que además de picar hacen un prelanzamiento hacia el lanzador de palas que se encuentra flujo abajo.
Acondicionado: Las etapas posteriores también varían en función de la naturaleza de la máquina o incluso de cómo se implemente la máquina. Se pueden encontrar una o varias fases de acondicionado.
Los acondicionadores suelen estar formados por dos o cuatro rodillos con una especie de dientes o resaltes que rompe el material vegetal para conseguir un mejor ensilado.
La velocidad tanto de los cabezales de siega como de los rodillos de alimentación y el rotor picador se coordinan de forma electrónica. Desde la cabina se puede elegir la longitud de picado (desde 4 hasta 20 mm) y así regular el paso del material.
Para el caso particular del maíz se suele colocar un machacador de granos cuando el flujo sale del picador. El machacador rompe el grano de maíz y lo mezcla con el resto del material picado.
Lanzador de paletas: El material entra y con la ayuda de paletas movidas por motor eléctrico (se generaliza la transmisión eléctrica para estos componentes) y de chapas deflectoras se envía el material hacia el tubo lanzador que es el que, con un ventilador, va lanzando el material al remolque que obligatoriamente debe acompañar, en paralelo, a la picadora en su marcha.
Aditivos: Existe la posibilidad en máquinas de alta tecnología aplicar algunas sustancias, por ejemplo inoculantes, al forraje picado y así controlar en cierta medida las condiciones de conservación del silo.
Monitoreo:

Las picadoras son máquinas de alta tecnología y así se manifiesta también en el puesto de conducción y en la información que tiene el operario para actuar sobre los parámetros variables de la máquina.
Una red de sensores y cámaras de televisión van informando al conductor de calidades, posibles alarmas y rendimientos. Un software que va proporcionando en monitores de alta calidad de visión datos como productividad (toneladas procesadas, superficie trabajada, tiempo de cosecha y tiempo muerto…), velocidad, consumo, aviso de cuerpos extraños, calidad de picado, largo de picado, mapas de cosechas (que se consiguen conociendo tanto el caudal de forraje como la situación exacta de la máquina en la parcela mediante red GNSS) e incluso afilado de cuchillas.
Capacidad de trabajo: Una picadora autopropulsada es capaz de procesar de 150 a 250 toneladas de materia verde a la hora. Por supuesto el abanico tan abierto es debido a que el trabajo está muy condicionado tanto por las condiciones del cultivo como del tipo de cultivo.

REPASO DE PICADORAS AUTOPROPULSADAS, LAS MARCAS
A nivel general las marcas que dominan el mercado son los modelos de New Holland, John Deere, Claas y Fendt con potencias superiores a los 500 CV y anchos de labor entre los 6 y los 9 m pero sin descartar máquinas en regiones forrajeras donde se llega a los 800 CV con doble motor.
Mercado en España: En España en 2017 se han vendido 20 máquinas autopropulsadas (la mayoría en Galicia y Cataluña con 10 y 6 respectivamente) Por marcas, Claas ha dominado con 10 unidades vendidas, le sigue New Holland con 8 unidades y John Deere con 2.
Tambor de 20, 28 y 40 cuchillas
Motores: Los motores están en fase Tier 4f (aunque ojo que como son máquinas generalmente grandes hay algunos modelos, los más altos de la gama que pueden estar exentos de las emisiones contaminantes al superar determinada potencia)
Suelen tener modo Eco con motores funcionando a 1500 rpm y modo de máxima potencia a 1900 rpm. Independientemente de la potencia del motor los rotores y la unidad de picado funcionan a iguales revoluciones debido a la transmisión.
La potencia necesaria está relacionada con el ancho de corte, también con el cultivo a picar (no es lo mismo alfalfa que maíz) y por el tamaño del corte (longitud del corte). Por ejemplo en picadoras de maíz pasar de 12 a 6 mm el tamaño del corte supone un incremento de potencia que puede ser un 25-30 % más.
Las marcas:
Claas: con sus picadoras de la numerosa gama Jaguar que van desde los 882 CV para la Jaguar 980 (Motor MAN V12) hasta los 408 CV de la Jaguar 840 (Motor Mercedes 6 cilindros) con un buen sistema de apertura lateral para tener acceso a la parte central del motor.
New Holland: con la gama FR y 5 modelos, FR480 (476 CV), FR 550 (544 CV), FR650 (653 CV), FR780 (775 CV), FR850 (824 CV). Todos con motor de “la casa”, FPT Cursor, de 6 cilindros en línea y 12,9 L (modelos 480 y 550); 6 cilindros y 15,9 L (modelos 650 y 780) y el 8 cilindros en V (FR850) con transmisión hidrostática a 2 o 4 ruedas.
John Deere: con su serie 8000 y 6 modelos (8100 al 8600) con motor del propio fabricante y 6 cilindros en línea de 9,0 y 13,5 L para cubrir potencias desde 380 CV hasta 625 CV. Transmisión hidrostática, cilindro picador de 40, 48, 56 y 65 cuchillas.
Fendt: la serie Katana con sus modelos 65 (625 CV) y 85 (850 CV) con motores en fase Tier 4f MTU de 6 cilindros en línea (Katana 65) y 12 cilindros en V (Katana 85) Doble tracción, transmisión hidrostática y control antipatinamiento, con motores individuales en cada rueda. Hasta 1430 L de gasoil, 205 L de Adblue y 215 L de aditivos. Cabezales de maíz de 8, 10 y 12 hileras con plegado hidráulico. Seis rodillos de alimentación y 770 mm de ancho con tambor de picado de 720 mm de diámetro.


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